Publicado por: Perú 21
“La esperanza se pierde no cuando el futuro se ve incierto, sino cuando perdemos empatía frente al dolor ajeno”.
¿Sabe quién es Alejandra Ccahuana? Posiblemente no. Su familia ha estado en las noticias de la última semana. Seguro ha leído o escuchado su nombre. Pero es posible que no lo recuerde. Quizás no le prestó atención.
Alejandra perdió tres hijas (Marcelina, Carmen Rosa y Diane Ochoa Ccahuana) y dos nietas (Anyeli y Luana) en una noche, en el distrito de Vizcatán, provincia de Satipo, en el Vraem.
Ahora sí recuerda los detalles. Un grupo de desquiciados decidió, sin razón aparente, acribillarlas y calcinarlas. Lo hicieron sin el más mínimo remordimiento. En total hicieron lo mismo con 16 seres humanos. Pero en medio del revuelo, los 16 permanecen anónimos, al menos en nuestra memoria.
¿El motivo de la barbarie? Nadie lo sabe. Porque el que se da no puede ser entendido ni usando la razón ni si se cree en algo llamado humanidad.
En redes sociales las primeras reacciones son desconcertantes. La preocupación era más el significado político de la matanza que los nombres y las vidas de quienes ya no estaban. Lo espantoso de su muerte no era suficiente para cambiar el anonimato en el que vivieron. Lo trascendente parecía centrado en cuántos puntos la matanza movería las encuestas.
Estoy, como muchos, saturado (asqueado en realidad) de cómo se discute en las redes en estos tiempos. Pero dejar que las olas y resacas políticas arrastren los cuerpos de las víctimas de una orilla a otra para alimentar esperanzas o temores de resultados electorales, es inhumano. Y aquí nadie se salva, porque fanáticos de los dos bandos han usado cadáveres como argumento político.
¿Cuántos listones negros ha visto usted colgados en homenaje a la familia de Alejandra Ccahuana y el resto de las víctimas? ¿Cuántas instituciones, empresas o ciudadanos han colgado en sus redes o en sus solapas esos listones negros para expresar dolor compartido?
La barbarie debería, sin dubitación, unirnos. Debería gatillar la reacción unánime en contra. Debería, al menos en ese punto, disipar cualquier discrepancia. Y en esto no es suficiente el decir, de manera políticamente correcta, “lamentamos profundamente los hechos y expresamos la solidaridad con las familias de las víctimas”.
La no reacción a la barbarie nos hace tan bárbaros como sus causantes. Todorov decía: “No son bárbaros quienes no tienen buena educación o han leído poco, sino quienes niegan la plena humanidad de los demás”.
La polarización que vivimos nos enfrasca, tercamente, en negar la humanidad del contrincante. Y pretendemos, en la contienda, sacar provecho político de una matanza. Las balas no son las únicas herramientas que puede usar la barbarie. Las palabras, las ideas y los silencios pueden ser herramientas igualmente crueles y desalmadas.
¿Cree que a Alejandra Ccahuana le importe el resultado de las próximas elecciones? Pocas cosas pueden ser más efectivas en conseguir que te importe poco el futuro que perder un hijo. No quiero imaginarme el efecto de perder tres hijas y dos nietas. Quizás (y solo quizás) el sentimiento de compartir la pena, de solidarizarse con que se arranque la esperanza de manera tan brutal, pueda ayudar en algo no solo a ella, sino al país que también está herido.
Si le nace, si realmente le duele, cuelgue un listón negro en su solapa.
Máster en Derecho (LL.M.) por la Universidad de Yale, Estados Unidos. Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Doctor Honoris Causa por la Universidad Continental. Experiencia en Arbitraje Internacional y de Inversiones, Competencia, Regulación Económica, Derecho Civil y de Contratos, con enfoque en los sectores de construcción, seguros, energía, telecomunicaciones, minería, hidrocarburos, entre otros. Como abogado y experto, ha participado en 150 casos administrados bajo las reglas de CCI, CIADI, CIAC, CCL, Amcham y el Centro de Arbitraje de la PUCP. Como árbitro ha participado en más de 300 arbitrajes administrados por la CCI, CIADI, PCA, CIAC, CCL, Amcham, etc. Es el único latinoamericano que forma parte de la Corte de Arbitraje de London Court of International Arbitration. Forma parte del Consejo de administración del CEIA. Fue miembro de la Corte Internacional de Arbitraje de la CCI y Presidente de la Comisión Técnica del Ministerio de Justicia que elaboró la Ley de Arbitraje peruana. Hasta el 2000, fue miembro del Tribunal de INDECOPI. Hace más de 16 años es reconocido como Band 1 / Star Individual por Chambers & Partners, y es el único peruano reconocido en el ranking regional de International Arbitration por Chambers & Partners. Es reconocido como Global Elite Thought Leader por WWL.