Publicado por: BFE+
A inicios de setiembre de 2022, la autoridad chilena de telecomunicaciones ha modificado la Norma Técnica de Equipos de Alcance Reducido de su país, vinculada a la atribución del espectro radioeléctrico. Se ha cambió la atribución de la banda de 6GHz para uso no licenciado para transmisiones con tecnología WiFi 6, en vez de atribuir 1200 MHz se ha reducido a 500 MHz. Este tema ha sido y sigue siendo materia de amplio debate. El cambio de perspectiva en el país del sur podría ser una nueva oportunidad para que se defina o reevalúe la decisión sobre este asunto en diversos países de Latinoamérica, entre ellos el Perú.
Al respecto, se tiene de un lado, que WiFi 6E es una versión más avanzada de WiFi, que ofrece mayor velocidad y mejora la conectividad de los dispositivos inalámbricos. Por ello se viene utilizando de modo intenso en centros comerciales, estadios, oficinas, y también para las redes domésticas en los hogares. De otro lado, la banda de 6 GHz (frecuencias 5.925 a 7.125 MHz) ofrece un balance entre buena capacidad de transmisión y transporte de datos, y garantía de cobertura. Esto le da un valor especial para los promotores de las redes WiFi para cerrar brechas de acceso e infraestructura.
El primer paso lo dio en abril de 2020 la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos, que decidió establecer que las señales de WiFi pueden cursarse libremente, es decir sin necesidad de obtener una licencia de la autoridad ni pagar por su uso, no sólo a través de las bandas de 2.4 y 5 GHz, sino también por toda la banda de 6 GHz1. Luego, Canadá también adoptó un régimen similar.
En diversos países de Latinoamérica se ha debatido extensamente y aún se discute si conviene tomar una decisión en ese sentido, siendo Chile el primero que decidió hacerlo. Seguidamente Brasil, Costa Rica, Guatemala, Honduras y Perú también liberaron toda la banda de 6 GHz (1200 MHz) para WiFi. Otros países como Argentina, Colombia y México, aún se encuentran evaluando el tema, incluyendo sendos procesos de consulta pública.
Estas decisiones tienen como corolario que con la expansión de la tecnología WiFi6 se puede lograr una mejora en la conectividad de banda ancha en países desarrollados y una reducción considerable de la brecha de acceso e infraestructura en países que la presentan. Que ya se cuente con diversidad de equipos que permiten utilizar WiFi6 en la actualidad, también contribuye a convencer de que vale la pena liberar la banda de 6 GHz para este uso. Esto sin perjuicio de que la pandemia hizo tangible la limitada confiabilidad de las redes domésticas de banda ancha instaladas en los hogares, por lo que la liberación de la banda podría contribuir a hacer más robustas esas redes2. Asimismo, los grandes operadores tecnológicos que fabrican dispositivos que funciona con WiFi (como Apple, Facebook, Google, Intel, Qualcomm y Samsung), han indicado que mayores asignaciones de espectro son necesarias para explotar al máximo el potencial de conectividad de esos dispositivos.
En contra de la liberación de la banda de 6GHz, o al menos de la liberación total, se encuentran los operadores de redes de comunicaciones móviles y también algunos fabricantes de equipos inteligentes. Esto porque consideran que dicha banda es una vía muy eficiente para asegurar las capacidades requeridas para atender la demanda de transmisión de datos cada vez más grande de los usuarios, que se da a través de la 5G. Así, plantean que el tráfico móvil de 5G crece de manera exponencial, mientras que la tecnología WiFi puede alcanzar velocidades relevantes con las asignaciones de espectro que ya se le han dado (2.4 y 5 GHz), no requiriéndose 1200 MHz adicionales. También señalan que la liberación de toda la banda 6 GHz para WiFi puede resultar una decisión apresurada y que no será reversible una vez que haya infinidad de equipos y redes utilizando la banda 6 GHz gratuitamente con la tecnología WiFi6. En ese sentido, plantean que es mejor esperar a que el tema se trate globalmente en la Conferencia Mundial de Radiocomunicación de la Unión Internacional de Telecomunicaciones del año 20233.
Inclusive van a un punto medio y señalan que en todo caso puede tomarse una decisión balanceada, que no libere la totalidad de la banda de 6 GHz, sino sólo una parte (500 MHz), dejando otra para el desarrollo de la 5G. En particular, señalan que en distintos países frecuencias de esa banda se utilizan para enlaces fijos, que ofrecen servicios de backhaul para las redes móviles, por lo que sería imprescindible no impedir su continuidad4.
En este contexto de opiniones variadas y visión de mediano plazo, la lacónica decisión de la autoridad chilena (“donde dice ‘que operen en la banda de frecuencias 5.925 a 7.125 MHz’, debe decir: ‘que operen en la banda de frecuencias 5.925 a 6.425 MHz’), hace pensar si no conviene revisar el tema. Téngase en cuenta que la misma sólo indica dos razones: (i) mejor esperar lo que se defina en la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones, y (ii) que es necesario administrar eficientemente el uso de espectro5.
En el caso peruano, pareciera que se ha hecho el camino inverso a Chile, pues inicialmente se planteó como propuesta atribuir como frecuencias de uso libre para WiFi solo parte de la banda de 6 GHZ (de 5.925 a 6.425 MHz), pero finalmente mediante Resolución Ministerial 373-2021-MTC / 01 y Resolución Viceministerial 162-2021-MTC/03, en abril de 2021 se decidió liberar toda la banda de 6GHz (5.925 a 7.125 MHz) para WiFi6E. A la vez se planteó la opción de que se asignen otras bandas para el desarrollo de las redes móviles.
Sin embargo, teniendo en cuenta que aún se requiere que el Ministerio de Transportes y Comunicaciones adopte medidas para “limpiar” la referida banda y que sólo eso puede tomar hasta que se realice la Conferencia de la UIT, podría ser más sensato dar marcha atrás, o tal vez volver a la propuesta inicial. Más aún cuando otros países de la región siguen evaluando el tema y reviviendo el debate6.
Eduardo es Máster en Regulación por el London School of Economics and Political Sciences, Reino Unido. Abogado por la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Tiene experiencia en las áreas de Derecho de la Competencia, Regulación Económica, industrias de Redes y Concesiones; relacionadas a sectores de Energía, Infraestructura de Transporte y Telecomunicaciones. Cuenta con un nivel fluido de inglés.