“La verdadera civilización no depende de los actos de un puñado de virtuosos, sino de los pequeños actos del ciudadano de a pie en el día a día”.
Pocas cosas hablan tan bien (o tan mal) de un pueblo que lo que ocurre en un crucero peatonal. El chofer de un automóvil puede imponer el poder que le da el tamaño de su vehículo y ganar el paso. Tiene todas las de ganar frente al peatón.