Los griegos regalaron a los troyanos un inmenso caballo de madera que es tomado por la ciudad como un signo de victoria. Cruzado el muro, durante la noche, tropas griegas escondidas en su interior salen y abren las puertas permitiendo la invasión de la ciudad. El caballo de Troya ha contribuido a dar mala fama a los regalos. Sospechamos de ellos. Como señala Virgilio en la Eneida: “No confiéis en el caballo, troyanos. Sea lo que sea, temo a los Dánaos (griegos), aun portando regalos”.
El caballo de Troya
Tiempo de lectura: < 1 minuto