Inimaginable imaginación

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11/07/2015 El Comercio de Perú

Fernando fue, por años, un comerciante informal. Tenía un puesto ambulante en las calles. Pero decidió abrir su pequeña bodega formal. Orgulloso usó sus ahorros y un préstamo bancario para financiarla. Un lindo local. Bien ubicado. El día de la inauguración esperaba ansioso la llegada de los clientes. Pero los primeros que llegaron fueron la municipalidad, la Sunat y el Indecopi. Le pidieron cumplir requisitos y le pusieron multas. En su puesto informal nunca se encontró con estas instituciones. En solo horas de haber abierto se encontró con las tres. Recordó entonces las palabras de su primo: cuanto más visible y exitoso seas, peor.

 
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