07/03/2015 El Comercio de Perú
“Mi mamá siempre se queja de ese parque porque van demasiadas nanas”. Escuché esa frase hace unos días. El parque no era malo porque era feo, o grande o chico. Tampoco porque estaba mal ubicado o estaba lejos o era ruidoso. No era un parque descuidado por la municipalidad. No es que iban delincuentes o era punto de encuentro de corruptos o drogadictos. La queja ni siquiera era porque había demasiada gente, sino porque iba al parque cierto tipo de gente, es decir, personas que han sido contratadas para desarrollar una actividad concreta: cuidar niños.
El parque de las nanas
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