La maldita prosperidad

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02/08/2014 El Comercio de Perú
Un buen día, a principios de diciembre de algún año, papá llego con un pequeño pino para usarlo como árbol de Navidad. Lo regaron, lo abonaron y lo cuidaron, y creció sano y fuerte. Cada año los integrantes de la familia veían que podía soportar más y más adornos. Desde bolas de cristal hasta papanoeles, pasando porestrellas, angelitos y nacimientos. El árbol crecía y con él crecía el número de ornamentos.

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