Superintendencia de Acreditación de Congresistas

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22/06/2013 El Comercio de Perú
“Parece buena idea: un organismo público que se encargue, luego de la elección pero antes de la juramentación de los congresistas, de creditarlos. Evaluaría sus capacidades, su forma de pensar, su forma de vestir, su forma de hablar, sus actividades anteriores (como matar perros, robar luz o televisión por cable) y decide si merecen o no ocupar el cargo. Mejor aun, la Superintendencia de Acreditación de congresistas (SAC) puede fiscalizar los propios actos de cada congresista: revisar,antes de su presentación, los proyectos de ley que elabora; sus votaciones en el pleno; su actuación en las diversas comisiones. Puede prohibirles u obligarles a decidir de cierta manera. Sujetando a aprobación previa los actos de los congresistas, evitaríamos tanta idiotez dando tumbos en los pasillos del Congreso.»
 
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