08/06/2007, www.peru21.com
¿Cómo se sentiría si el pollo que come no fue cocinado limpiamente? Muy mal; reclamaría. ¿Y si lo que no se cocinó limpio fue el precio? Sentirá que le han robado. Eso fue lo que pasó en 1995 y 1996, años en los que algunos empresarios avícolas se pusieron de acuerdo para “cocinar el precio” del pollo. Le gustará menos la noticia si saca la cuenta de cuánto más pollo habría consumido sin dicho…