¿Y cómo evitar tener congresistas como los que tenemos?

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Publicado por: Perú 21, 6 de diciembre del 2020

Cada vez es más claro por qué necesitamos una reforma política. ¿Se puede mejorar el Congreso que elegimos?

¿Por qué tenemos los peores congresistas de la historia? ¿Es porque no votamos responsablemente? En parte sí. Pero sobre todo tiene que ver con las reglas que tenemos.

Para votar informadamente hay que invertir tiempo y recursos. Pero el beneficio de votar informadamente es muy bajo. El voto de un elector solo es relevante si la elección se define por un voto. En los demás casos, su voto no afecta para nada su vida. El sistema bicameral es un paso importante. Pero de nada sirve si no cambiamos la forma de elección. ¿Cómo deberíamos elegir a la Cámara de Diputados?

Cuando se eligió a Bush como presidente de los Estados Unidos, el 86% de los votantes sabía que la mascota de los Bush se llamaba Millie. Solo un 15% sabía que ambos candidatos presidenciales estaban a favor de la pena de muerte.

El votante tiene incentivos para acceder a información polémica y fácilmente disponible, no relacionada con las propuestas del candidato. Por eso una deportista conocida (como una voleibolista), un arquero de un equipo popular, una exlocutora de televisión o incluso una vedette tienen posibilidades de ser elegidos, sin importar lo que proponen.

Un primer paso es reducir el número de votantes por representante. Bajo el sistema actual, un congresista puede representar hasta a 7 millones de electores o, desde la otra perspectiva, un ciudadano puede tener hasta 36 representantes en el Congreso (Lima).

Pero si usted solo puede votar por un diputado, se presentarán menos candidatos y el elector sentirá que su voto es más decisivo. Invertirá más tiempo y recursos en informarse sobre las propuestas. Asumiendo que se presenten 10 listas para Lima, debería leer 360 planes de gobierno. De elegir solo un representante en mi jurisdicción (distrito uninominal), solo revisará 10 planes de acción. Ello reduce los costos de informarse. Y los partidos no presentarán tantos “outsiders” desconocidos.

Con el sistema actual, con un número relativamente reducido de votos se puede conseguir ser congresista en una jurisdicción amplia. Con un sistema de distritos uninominales reducidos, solo puede ganar un congresista por cada jurisdicción. Si se presentaran 10 listas, solo una ganaría. Las demás no tendrían representantes en esa jurisdicción. Si ello se repite en muchas jurisdicciones, un partido pequeño y oportunista no conseguirá congresistas. Ello fomenta a los partidos a hacer alianzas para aumentar sus posibilidades de obtener curules. Nos moveremos hacia un bi o tripartidismo (como funciona en la mayoría de países institucionalmente desarrollados), con partidos que, además, tienen planes de gobierno similares porque para captar más electores tenderán a moverse hacia el centro. Los demócratas o los republicanos en Estados Unidos, o los conservadores y los laboristas en Gran Bretaña no son tan diferentes. Los partidos extremistas (de derecha o izquierda) tienen dificultades para ingresar a la política. Ello genera en el largo plazo más estabilidad de reglas políticas, jurídicas y económicas.

Con el sistema actual elegimos como quien mete la mano en un sombrero lleno de cientos de papelitos doblados. Con el sistema de distrito uninominal uno abre unos pocos papeles sobre la mesa, los lee y escoge el que le parece que tiene mejor contenido.